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viernes, 22 de junio de 2012

LA IGLESIA DE BELEN

Iglesia Belén Antigua

MOQUEGUA. En el año de 1652, en la calle del Medio, como se le llamaba a la calle Moquegua, había una hermosa Capilla llamada “San Juan”, la que el 11 de abril de 1656, por mandato del Juez Eclesiástico, y por causas que se desconocen, se demolió.

Iglesia Belén Actual

Juan Antonio Montenegro y Ubaldi, en su Margesí de Oficio Público y de cabildo de Santa Catalina de Guadalcázar de Moquegua, consigna la nota de venta de un solar que el Bachiller José de Arana hace a Alonso del Río y su mujer, añadiendo “y las tierras que por esta escritura se venden por el Huayco, en donde fue la primera Capilla que hubo en esta banda con el nombre de “San Juan”. 

Con el nombre de “El Huayco” se conocía el terminal de la calle Moquegua, en donde se halla la iglesia de Belén, es probable que el sitio ocupado por la antigua Capilla, San Juan, sirviera para edificar la Iglesia llamada Belén, que fue construida por la Orden Hospitalaria Betlemítica, que tenía a su cargo el convento Hospital Betlemítico de San Antonio de Padua. 

La primera piedra fue colocada el 29 de septiembre de 1828 por el Vicario y Cura Primero Juan A. Montenegro y Ubaldi. Lo que dio lugar a sonados actos religiosos. En 18 meses se dio término a la nueva Iglesia, pues el 29 de marzo de 1830 se bendecía el templo por el mismo Vicario montenegro y Ubaldi, luego siguieron tres días de misas solemnes con prédicas religiosas; cuyos gastos corrieron a cargo de Fr. José Cayetano Fernández Maldonado, del Colegio de Propaganda Fide de Moquegua, después de rector del Colegio “La Libertad” de Moquegua. 

Al parecer, desde esa época lleva el nombre de Iglesia de Belén, pues la Orden Betlemítica rendía veneración a Nuestra Señora de Belén, cuya imagen durante muchos años se hallaba en uno de sus pasillos. 

Doña María Martina Fernández Cornejo y Fernández de Córdova invirtieron en la edificación 30 mil pesos, dejando también concluida la sala del hospital para mujeres, la portería, la sacristía y una botica, con una inversión total de más de 50 mil pesos. En su testamento doña Martina dispuso que su cadáver se sepultara en el lugar que ella había convenido en la iglesia que reedificó, contando para ello con la licencia y permiso del Obispo de la Diócesis. 

En 1846, por el mal estado en que se encontraba la media naranja de la iglesia, la Sociedad de Beneficencia acordó su refacción; y señalóse como fondos 2800 pesos y el valor de unos diamantes que pertenecían ala Virgen de la Iglesia, para la cual se solicitaba el permiso del Obispo de la Diócesis.

Por varios movimientos sísmicos fue dañada otra vez la iglesia, principalmente por el terremoto del 13 de agosto de 1868, fue destruida la bóveda de la iglesia. Se hizo una nueva techumbre con madera machihembrada, que es la que se conserva en la actualidad.

En 1894, se hacen pequeñas reparaciones en las paredes con el producto de la rifa de unas alhajas que alcanzó la suma de 200 soles aproximadamente. En 1945, debido a la labor desplegada por la Madre María Salcedo, Superiora de la Congregación de las Franciscanas Misioneras de María, se llevó a cabo por el constructor Reynaldo Peralta la refacción total de la iglesia o Capilla como también se le llama, el Altar Mayor, el Ostensorio donde se expone el Santísimo, el Púlpito, las Repisas de los Santos y la traslación de la escalera del coro hacia la parte exterior en el patio del Hospital. Invertir la suma de 17634 soles, de los cuales el acaudalado agricultor Tomás Rondón donó 7 mil soles, el Estado aportó 3750 soles, la Beneficencia Pública 1077 soles y el resto se reunió con veladas, tómbolas y verbenas. 

En 6 de enero de 1946, en presencia de las autoridades y de numerosas feligresía, se efectuó la bendición de las obras efectuadas que incluían piso de losetas, por el Monseñor Carlos Alberto Arce Masías, Primer Obispo de la Diócesis de Tacna y Moquegua. Don Tomás Rondón y su esposa doña Narcisa Acevedo de Rondón, apadrinaron la bendición del Altar Mayor, igualmente para las demás obras construidas se tuvo con el padrinazo de personas notables y distinguidas damas de la localidad. 

Los pequeños daños ocasionados por el sismo del 11 de mayo de 1948, fueron reparados con el producto de limosnas y rifas organizadas por las Madres Franciscanas Misioneras de María. Hoy la Iglesia de Belén se halla regentada por los Padres Franciscanos de la Parroquia de Santa Catalina.

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