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martes, 24 de marzo de 2020

La Gripe Española en Moquegua 1919



MOQUEGUA. En 1919 la gripe española se trasladó al interior del Perú. A Moquegua la epidemia tardó en llegar, pero no lo hizo desde Lima como era de suponer, sino a través del Atlántico, vía Argentina, cruzando por Bolivia. El siguiente articulo elaborado por Pedro Pablo Peralta Casani nos describe lo que significó este acontecimiento.
-LA GRIPE ESPAÑOLA EN MOQUEGUA (1919)
En Moquegua el siglo XX empezó de la peor forma. En febrero de 1900 unas lluvias extraordinarias ocasionaron unas terribles avenidas que arrasaron con buena parte del valle moqueguano. La ciudad tardó buen tiempo en recuperarse, sobre todo porque desde antes del cambio de siglo venía padeciendo una plaga de la filoxera que afectaba los cultivos de vid, motor de la otrora importante producción vitivinícola que llevó a Moquegua a dominar los mercados del Alto Perú durante la colonia e inicios de la república. Para comienzos del siglo XX quedaba muy poco de aquello.

En ese contexto recibió Moquegua la gran epidemia. Por ese entonces la ciudad de más o menos cinco mil habitantes contaba con 12 caseríos y más de ochenta haciendas. Era un pueblo tradicional con poco movimiento económico y escasos establecimientos públicos. Por otro lado, se había formado en Moquegua una fuerte colonia china que dominaba el comercio local con algunos locales de venta de alimentos y productos básicos. También era importante la colonia italiana, con representación en compañías de seguros, bancos, empresas de vapores, agencias aduaneras, molinos y otros.
En la ciudad el único establecimiento médico existente era el pequeño hospital de San Juan de Dios, ocupado por las “hermanas de la Caridad”, con la hermana Cecilia a la cabeza. Para entonces había dos farmacias, “El Pueblo” de J. H. Cosío y la de los Sánchez Moreno, cuyo stock era limitado, igual que el botiquín del hospital. En líneas generales, la ciudad no estaba preparada para enfrentar la epidemia.
Casi al mismo tiempo que llegó la enfermedad a Moquegua anunciaba su visita a la ciudad el afamado Abraham Valdelomar. El escritor pisqueño venía a ofrecer algunas conferencias ante los intelectuales locales y público en general en los distintos establecimientos existentes, sin embargo, conocida la noticia de la gripe, las disertaciones del afamado escritor fueron eclipsadas por los estragos de la mayor de las epidemias.

La epidemia en Moquegua
Tras reportarse los primeros casos en la capital peruana, la enfermedad se trasladó al interior del país. A Moquegua la epidemia tardó en llegar, pero no lo hizo desde Lima como era de suponer, sino a través del Atlántico, vía Argentina, cruzando por Bolivia para llegar finalmente a esta ciudad, razón por la cual la gripe fue bautizada como “la boliviana”.
Según las informaciones disponibles la epidemia llegó a Moquegua en junio de 1919 con casos esporádicos que pasaron desapercibidos por los pobladores. Pero fue recién con la muerte de la señora Victoria Z. viuda de Zapata, el 7 de julio de 1919, que la enfermedad empezó a preocupar a los moqueguanos. Con el paso de los días la gripe se intensificó, siendo especialmente fatídico el periodo que va desde el 23 de julio hasta el 3 de agosto, cuando se reportó la mayor cantidad de decesos de la epidemia, sin que el médico de la ciudad Daniel Becerra pueda hacer algo. Al final, cuando la enfermedad se disipó a finales de agosto, se llegó a conocer que al menos el 85% del vecindario moqueguano había contraído la gripe.
Respecto a la naturaleza de la enfermedad, según reportes de la época, como consecuencia de la denominada tormenta de citoquinas –como se le llama a la respuesta inflamatoria como consecuencia de la acumulación de líquidos en los pulmones contagiados- los afectados adquirían un color azul debido a la falta de oxígeno.
Por otro lado, en lo referente al número de fallecidos por la enfermedad, según Ismael Pinto Vargas, citando La Reforma, en julio se habían reportado 118 defunciones. En ese mismo mes los registros de la parroquia de Moquegua señalan 38 personas enterradas, lo que demostraría que buena cantidad de cuerpos fueron desechos de las formas menos ortodoxas. Es probable, cotejando los registros ofrecidos por La Reforma con la información proveída por los libros parroquiales, que desde junio hasta agosto de 1919 habrían muerto alrededor de 200 personas en toda la ciudad, es decir el 4% de la población, cifra acorde a los registros mundiales.

Los libros parroquiales de Moquegua: defunciones
El Archivo Parroquial de Tacna y Moquegua (APTM), repositorio ubicado en el interior de la catedral de Tacna, custodia los libros de la Parroquia de Santa Catalina de Moquegua, los cuales se dividen en 19 libros de partidas de bautismos, 13 libros de matrimonios y 17 de defunciones. Pertenecen además al fondo moqueguano 10 libros de pliegos matrimoniales, 3 libros de fábrica, un libro de gastos, un libro de testamentos, un libro de juzgado eclesiástico y un libro de pliegos matrimoniales.
En lo que respecta a los libros de defunciones, estos abarcan un periodo que comienza en 1672 y termina en 1929. Cada libro tiene dos grandes secciones, una correspondiente a castas o españoles (en la República aparecen los blancos y criollos) y la otra correspondiente a indios o naturales. En cada registro se anota el nombre del difunto, la fecha de su entierro, su estado civil, su pueblo de origen, el cura encargado de realizar el sepelio, su edad aproximada y en caso ser menor de edad el nombre de un padre o los padres. También se especifica el tipo de entierro, ya sea “cruz alta” o “cruz baja”, lo que ayuda a revelar la condición social del fallecido. En algunos casos se hace mención de la causa de muerte, acuñándose, como en este estudio, las características sintomáticas de la enfermedad.

 Fuente: Revista Croniqueur

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